Expreso
Infiltrados entre una veintena de personas que participaron del plantón en rechazo a la construcción del casino que se edifica atrás del Imax, tres jóvenes portovejenses contrarios a la protesta, eran parte del tumulto congregado en el sector de las calles Malecón y Loja.
Ellos eran Irwin Rodríguez, Leonardo Parra y William Coronel, alumnos del curso preuniversitario en la carrera de Energía Electrónica en Telecomunicaciones que ofrece la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol). Al inicio, los chicos escuchaban con atención cada uno de los pronunciamientos emitidos por los convocados por el Foro Democrático Guayaquil.
Uno de los asistentes, el primero en acudir, fue don Ramón Arreaga Quinto, un jubilado de 86 años de edad, que con cartelón en mano llegó desde la 27 y Portete para pedir a los conductores que transitaban por el lugar, pitar en rechazo a la construcción del casino. [mas]
Publicado Huasi Pichai
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“Yo soy un hombre progresista y no estoy de acuerdo que se creen fuentes de trabajo en base a la corrupción”, repetía con insistencia mientras alzaba el pequeño cartel, escrito a mano, sobre un pedazo de cartón.
Luis Cubillos, coordinador del Foro, se opone a que la ribera del río Guayas sea agredida con la construcción de un casino, concretamente del Gran Casino Guayaquil que se levanta dentro del malecón Simón Bolívar, entre el Imax y el patio de comidas, en el sector norte.
“El ecosistema de la desembocadura de los ríos Daule y Babahoyo está afectado por las diversas actividades urbanas y la construcción de estas instalaciones es una agresión más”, manifestó en tono enérgico.
Minutos más tarde, vestido de blanco, llegó el concejal de PAIS, Octavio Villacreses, para sumarse a la protesta convocada por el Foro Democrático.
Los jóvenes estudiantes que se infiltraron en el plantón, se colocaron cerca al concejal del cantón. Su intención era escuchar de cerca su posición sobre el polémico tema.
Mientras Villacreses decía con insistencia que la protesta era ciudadana, y que la construcción de esa obra era inadecuada por estar dentro de un malecón administrado por una fundación privada sin fines de lucro, sus allegados gritaban a su lado en contra de quien llamaban “pelucones”.
José Tupac Yupanqui, Miguel Villón y Doris Mosquera eran otros opositores, aunque la última reclamaba también libertad para trabajar en el sector de la bahía, donde aseguró que fueron clausurados hace quince días los locales destinados a la venta de comida rápida.
Posteriormente, Irwin, Leonardo y William, aspirantes de la Espol, se pronunciaron a favor del casino. Comentaron que será una fuente generadora de empleo y, por ende, una vía para el progreso de cientos de personas en Guayaquil.
Leonardo, el más tímido del grupo, aseguró que el hecho de que se construya un casino no significa que todos los jóvenes o personas ingresen al lugar. “Yo creo que eso depende de la educación que cada cual recibió en sus hogares”, dijo el estudiante, que aprovechando un receso se acercó al plantón. Primero motivado por la curiosidad, y luego, para pronunciarse abiertamente en favor de la obra.
Sus criterios también fueron plasmados en carteles, que minutos más tarde se exhibieron en la esquina opuesta a la de los protestantes convocados por el Foro.
Durante el tiempo que duró el plantón, varios conductores que circulaban a lo largo de Malecón hicieron sonar con insistencia sus potentes cláxones; en tanto que los pasajeros que hacían uso de la Metrovía dirigían sus miradas al lugar de la concentración, como queriendo adivinar qué sucedía en el sitio que era controlado por dos vigilantes y un grupo de policías.
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