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agosto 12, 2008

El buen vivir, entre lo real y lo imaginario

Expreso

El concepto de “buen vivir” o “sumak kawsay” (en quichua) es una de las reformas que se introducen en el proyecto de Constitución. Pero ¿qué implica? [Mas]

Publicado Denuncia Ecuador
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Para Norman Wray, asambleísta en receso de PAIS, el buen vivir encierra un “proceso de desarrollo que nos obligue a reconocernos, comprendernos y valorarnos a unos y a otros, a fin de facilitar la autorrealización y la construcción de un porvenir compartido”.

En ese sentido, Fander Falconí, titular del Senplades, pone al ser humano como beneficiario de los procesos de desarrollo. Es decir, que sea el eje de los sistemas económico, político, socio-cultural, y ambiental.

En el documento se determina que esos derechos se lograrán a través de mecanismos como el sistema de planificación y la aplicación de la economía solidaria. Eso sí, siempre en respeto y convivencia armónica con la naturaleza.

En ese concepto de armonía, Enrique Macías, vicepresidente técnico de la Cámara de Industrias de Guayaquil, ve problemas: las exigentes restricciones ambientales; y se proscribe a la competencia como manifestación de la libertad económica y del emprendimiento.

El concepto, sin embargo, no está ligado al dinero, dice Lourdes Tibán, dirigente indígena y funcionaria gubernamental. Para ella, es “una práctica cotidiana que no se basa en el crecimiento económico”.

Pero Wray agrega que el concepto de vida está apuntalado por el modelo de economía social y solidaria que se propone en el texto constitucional, junto a la provisión estatal de salud, educación y seguridad social. Pero fija en 10 años la consecución de esas metas.

Entonces, ¿qué garantiza el sumak kawsay? Juan Carlos Blum, ex director del INEC, lo cifra en que las necesidades básicas de la población estén cubiertas y que haya un excedente económico; pone como ejemplo las canastas con las que el INEC mide el costo de la vida.

Desde el punto de vista social, Andrés Martínez, presidente del Colegio de Sociólogos del Guayas, explica que el buen vivir se basa en mejorar la calidad de vida de los pobladores y más de los que siempre han estado excluidos de servicios básicos.

En el plano político, Paúl Velasco sostiene que en la propuesta de Constitución existen paradojas como la creación de un supraorganismo como la Corte Constitucional, así como el hiperpresidencialismo. “Este es un concepto abstracto”, recalca el analista, para decir que contradice la armonía a la que se refiere el buen vivir. (ALS-GFS

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